Aunque esté nublado o haga frío, los rayos UV atraviesan las nubes y afectan tu piel. Usar protector solar todos los días ayuda a:
Prevenir el envejecimiento prematuro (¡arrugas tempranas!).
Proteger contra el cáncer de piel, una de las enfermedades más prevenibles.
Evitar manchas y daños irreversibles que pueden acumularse con el tiempo.
Aplicá protector con al menos FPS 30 y no olvides zonas como el cuello, las orejas y las manos.
Elegí un protector acorde a tu tipo de piel y convertilo en parte de tu rutina diaria.